Los contratos inteligentes o smart contracts, son ya una realidad jurídica y son acuerdos que producen efectos jurídicos entre partes, cuya peculiaridad esencial es que son autoejecutables de manera autónoma. Nos cuestionamos a priori si son o no verdaderos contratos en cuanto al proceso en el que se forman, a la posibilidad de error que pudieran tener, a que se consideren prueba o tengan efectos probatorios en el proceso judicial, y a otras características en cuanto a cómo se han de realizar los pagos por incumplimiento etc…
A priori hay que decir que se trata de verdaderos contratos, que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen las condiciones establecidas en los mismos, solo que la información o cláusulas contractuales están encriptadas y selladas de modo que no se pueden modificar por las partes, en tal caso, si el contrato está sujeto a condición, por ej. si se cumple cierta condición para que exista una penalización o para que se cumpla, el contrato se ejecuta por sí mismo, por tanto, no es necesario proceder a ejecutar el contrato en el Juzgado para requerir un resultado satisfactorio, pues la aplicación del smart contract es inmediata, a modo de ejemplo: si tienes un seguro de vuelo, donde se incluye la cláusula de que por un retraso de más de cinco horas te devolverán el precio del vuelo, no cumplido el horario establecido se te devolverá de forma inmediata el precio pactado, sin tener que hacer la preceptiva reclamación a la compañía.
En algunos supuestos esta ejecución o efectividad del Smart contract no será inmediata, cabe por ejemplo que el propio sistema acuda a la verificación y confirmación de datos antes de dar cumplimiento al mismo, una especie de intermediario (el oráculo) que validará la información y las condiciones de forma inmediata y, que comprobará que realmente ha existido algún incumplimiento, y una vez verificado este punto la transacción se produce. Si tomamos el ejemplo anterior del seguro de vuelo, el oráculo verificará con la información o programa informático del aeropuerto, que el vuelo realmente ha tenido el retraso de cinco horas, seguidamente llevará consigo la devolución pactada.
Si quieren probar de forma muy sencilla y simplificada a crear un primer Smart Contract lo pueden hacer a través de una plataforma llamada Blocknap, esta es una solución donde cualquier persona puede generar este tipo de contratos, grabarlo en la red de Ethereum y compartirlo al instante. Ethereum viene a ser una blockchain o Tecnología de Contabilidad distribuida (DTL) con un lenguaje de programación completo que permite que cualquiera pueda redactar Smart contracts, simplemente escribiendo en unas pocas líneas, se puedan crear para cualquier tipo de transación o aplicación.
En definitiva algunos definen los Smart contracts como contratos que tienen la capacidad de cumplirse de forma automática una vez que las partes han acordado las cláusulas y condiciones, olvidando el contrato en papel, y cambiando su implicación legal y el modo de cumplimiento, aunque para otros el contrato inteligente viene a ser un programa informático con un código virtual.
Les ofrezco unos links para que puedan iniciarse en este nuevo y apasionante mundo que se abre, no solo para la nueva generación de abogados, sino para cualquier usuario contratante que busque total garantía en su contratación:
• http://yolandahernandez.es/2018/09/smart-contracts-que-son-y-como-funcionan/
• https://www.criptonoticias.com/informacion/que-es-ethereum/
Alicia Hernández
Abogado
info@canarianlawyers.com